La historia de Metatrón
Metatrón en los textos judíosAspecto
Enoc, el abuelo de Noé, es un místico que visita el Cielo en distintas visiones. En una visión, Enoc tiene la misión de interceder con Dios en favor de los ángeles caídos. En otra visión, ve a los querubines en el Cielo, a quienes describe como seres de fuego. Más adelante, es llevado por el arcángel Miguel al cielo más alto.
Enoc también viaja en sus visiones o sueños al árbol de la sabiduría.
Al final de sus visiones, Enoc se transforma en el arcángel Metatrón, un poderoso arcángel a quien también se le llama el pequeño Yahweh.
Metatrón es un arcángel sobre el cual se han dicho múltiples cosas, algunas veces incompatibles entre sí. Así, hay quienes dicen que es el segundo ser más importante en el cielo después de Dios, y que se sienta a la izquierda (Cristo está a la derecha) del Padre; mientras otra teoría, parcialmente en base al mismo hecho, dice que Metatrón es Satán, El Adversario; o bien, pasando a otro punto de debate, unos creen que Metatrón fue humano y que en su vida humana fue el profeta Enoc, mientras otros piensan que no fue humano y hay quienes dicen que es el más antiguo de los arcángelesAunque la Torah y la Biblia mencionan que el profeta Enoc una larga vida y fue llevado al cielo sin morir (Génesis 5:23-24), los textos del Libro de Enoc fueron excluidos del canon formal del judaísmo, y por lo tanto tampoco son aceptados por las escrituras cristianas. Aún así, el arcángel Metatrón fue muy importante en el judaísmo místico medieval y aparece mencionado en el Talmud. En la tradición rabínica, es el más alto de todos los ángeles y sirve como escriba celestial.
A nivel de iconografía oficial, la única imagen canónica es la que proviene del mito de Metatrón-Enoc; pues hay tres propuestas sobre el problema de quién es Metatrón: 1) Metatrón es el ángel primordial, creado por emanación directa de Dios, 2) Metatrón es el profeta Enoc después de experimentar su transformación divinizante, 3) En el cielo coexisten los dos Metatrones anteriores, siendo el Metatrón-Enoc (de seis letras en su nombre) uno de gloria menor al Metarón-primordial (de siete letras en su nombre). Volviendo a nuestro tema, se cuenta que, cuando Dios transformó al profeta Enoc luego de escogerle entre los mortales, le convirtió en un ser de fuego divino con 72 alas y 365000 ojos. Al respecto, el Libro de Enoc cuenta que Metatrón le narró a Rabí Yismael su experiencia del siguiente modo: ‹‹Cuando me tomó de entre los pertenecientes a la generación del diluvio, el Santo, bendito sea, me hizo ascender en las alas del viento de la Sekinah al firmamento altísimo y me introdujo en los grandes palacios que están en alto del firmamento de Arabot (…). Antes de designarme para atender el trono de la gloria, el Santo, bendito sea, abrió para mí trescientas mil puertas de inteligencia, trescientas mil puertas de prudencia, trescientas mil puertas de vida, trescientas mil puertas de (…). Entonces el Santo, bendito sea, me añadió sabiduría sobre sabiduría, inteligencia sobre inteligencia, prudencia sobre prudencia, conocimiento sobre (…). Después de concederme todas esas cualidades, puso el Santo, bendito sea, su mano sobre mí y me bendijo con 5360 bendiciones. Crecí y aumenté de tamaño tanto como lo que mide el mundo a lo ancho y a lo largo. Él hizo que me salieran setenta y dos alas, treinta y seis a un lado y treinta y seis al otro, siendo cada una de las alas como el contenido del mundo. Fijó en mí 365000 ojos, y cada uno de ellos era como la luminaria mayor, y ningún tipo de esplendor, brillo, hermosura o belleza que se encuentre en todas las luces del universo dejó él sin fijar en mí.››


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